Elboj, C., Puigdellivol, I., Soler, M. y Valls, R. (2006). Capítulo 3 Teorías
dialógicas. Comunidades de aprendizaje.
Transformar la educación. Barcelona: Editorial Graó. (pp. 37-53).
Síntesis y conclusiones:
El capítulo trata las distintas
ideas sociales transformadoras que tienen al diálogo como su punto de origen,
para aplicarlas después en la educación y el aprendizaje. Primero se contextualiza
y puntualiza que es dentro de la perspectiva crítica de las teorías dialógicas donde
se enmarcan las comunidades de aprendizaje, con bases teóricas del CREA y de autores
como Freire, Habermas, Mead y Vigotsky. Estas comunidades apuestan por la
transformación de la escuela y la comunidad potenciando una educación de
igualdad de oportunidades educativas en torno al diálogo entre profesores,
familiares, alumnos y otros agentes educativos, todos insertos en un particular
contexto: la modernidad dialógica.
Algunas aportaciones dialógicas de las ciencias sociales a las comunidades
de aprendizaje son: la capacidad de dialogar es una competencia humana innata.
En esta misma línea se defiende el concepto de inteligencia cultural que
incluye las dimensiones de la interacción humana y las habilidades prácticas,
académicas y comunicativas; la capacidad transformadora de los actores sociales
desde un enfoque del aprendizaje basado en las competencias y las posibilidades
que otorgan las interacciones transformadoras; la interacción social como un
proceso que crea significados susceptibles de modificación mediante este mismo proceso
interpretativo cuando una persona interactúa o dialoga con otro(s); el feminismo
dialógico que apuesta por un proyecto democrático en torno al diálogo entre
mujeres de diferentes realidades sociales, culturales y académicas; y el universalismo
dialógico el cual defiende que cualquier práctica cultural se debe sustentar en
principios universales consensuados, en este sentido, se basa en el principio
de igualdad de diferencias, o el igual derecho de toda persona a ser diferente,
reivindicando la igualdad de oportunidades y la extensión de los derechos
humanos a todos.
La perspectiva dialógica de estos aportes, entre estos el concepto de
intersubjetividad, la relevancia de la interacción social y la creación colectiva
de significados, son claves para comprender el concepto de aprendizaje
dialógico que desarrolla el CREA. Donde no se adapta el currículo al contexto,
sino que se transforman las condiciones contextuales del aprendizaje, y donde
las comunidades de aprendizaje empiezan por transformar la escuela y el entorno
sociocultural permitiendo que la comunidad participe en el diseño e
intervención educativa.
Es así que la concepción dialógica del aprendizaje engloba y sobrepasa la
concepción constructivista porque toma en consideración a todos los actores del
proceso y pone énfasis, no en los significados interiorizados individualmente,
sino en la posibilidad de compartirlos a través del diálogo. En las comunidades
de aprendizaje, los alumnos, las familias, los profesores y otros educadores de
la comunidad se enriquecen mutuamente en un intercambio de experiencias y
conocimientos gracias al diálogo igualitario.
Breve comentario:
Si nos remontamos a unos cuantos siglos antes, no solo distinguiremos una
cantidad magnánima de diferencias en nuestros estratos sociales, económicos y culturales
(que aún perduran), donde la educación
sólo estaba destinada a unos cuantos. En el día de hoy, eso ha cambiado. Como
todo ser humano, sin depender de nuestra prominencia, tenemos derecho a
participar dentro de una colectividad educativa, lo cual es esencial dentro del
desarrollo psicosocial. Nos ayuda a formar un pensamiento individual, pero
siempre en relación con nuestro entorno sociohistórico.
En primera instancia como adultos debemos considerar que el primer paso
para un avance dentro de los establecimientos educativos, es despojarnos de
prejuicios sociales, creando un ambiente participativo en donde todos compartan
sus ideas, argumentos, experiencias y propuestas. Una palabra, sin importar de
donde provenga, puede hacer la diferencia, por muy simple que parezca.
La educación es más importante de lo que cualquiera se imaginaría, las comunidades
de aprendizaje abren las puertas del mañana, destruyen el prejuicio y forman a
todo ser humano ante cualquier adversidad porque bajo sus principios de
diálogo, igualdad y acción social es posible pensar en la transformación de la
realidad, en que la educación sí es desigual, injusta y que esta situación no
es natural, menos correcta. Debemos educarnos no con el miedo al otro o la
sumisión a las autoridades educativas, sino con el aprendizaje en la igualdad,
en el compartir, en la reflexión, en el cuestionamiento, en el diálogo. Y como
señala Freire en una parte del texto “La cuestión está en transformar las
dificultades en posibilidades”.
Citas:
“Las comunidades de aprendizaje son un claro ejemplo de cómo organizar un
proyecto educativo sobre la base del dialogo igualitario a través de una
organización democrática donde todas las personas que forman la comunidad
educativa llegan a acuerdos sobre los objetivos y prioridades, las normas y, en
definitiva, la escuela que sueñan” (p. 41).
“En comunidades de aprendizaje, muchos familiares han empezado a participar
en espacios de aprendizaje y a involucrarse en la construcción de la escuela
para sus hijas e hijos gracias a la creación de nuevos significados emergidos
en el dialogo con otros educadores y miembros de la comunidad, llevando a cabo
importantes transformaciones dentro de sus hogares y cambiando al mismo tiempo
los estereotipos y prejuicios sociales sobre sus capacidades e intereses” (p.
44-45).
“En la apuesta por los derechos humanos hemos de luchar por extender el
derecho a la educación. Sobre esta base, las comunidades de aprendizaje buscan
maximizar el proceso de aprendizaje de toda la comunidad, alejándose de
discursos estructuralistas y postmodernos que legitiman la existencia de
desigualdades educativas y sociales y favorecen que sólo una minoría selecta acceda
a una educación de calidad” (p. 46).
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