Presentación!

Somos 5 estudiantes de Psicología de la Universidad de Chile y este blog se crea dentro del curso de Inclusión Educativa y Atención a la Diversidad.
Acá compartiremos reseñas de textos y publicaciones, noticias relevantes y cualquier otro elemento que sea un aporte a una discusión crítica sobre la forma de pensar y practicar la inclusión educativa hoy en día. Específicamente, queremos centrarnos en los actores sociales de la educación y en cómo éstos son parte de este proceso de inclusión.
Dentro de esta mirada a los actores sociales, es que hemos querido invitar a un docente amigo, Harry, a que participe con columnas de opinión acerca de la actualidad de la educación y sobre todo invitándolo a pensar la inclusión educativa.
En el costado derecho podrán encontrar más información acerca de cada una de nosotras, además, de enlaces de los otros blogs amigos del ramo y revistas especializadas en el tema.
Para una navegación más fácil, acá abajo encontrarán tres etiquetas: Entradas personales, que son los recursos que cada una de nosotros ha querido compartir y comentar; Harry, que son las columnas de nuestro docente invitado; y Textos, que corresponden a las fichas de lectura.


Saludos a todos!

Monday, October 20, 2014

Profesorado, cultura y postmodernidad. Madrid: Morata. (Capítulo X)

El autor inicia  el desarrollo del texto en función de la necesidad de la restructuración, la cual la concibe en función de que la reestructuración “respetaría y apoyaría la profesionalidad de los docentes a la hora de adoptar en sus clases las decisiones que mejor se acomodasen a los objetivos locales y estatales, responsabilizando también a los profesores de lo que hicieran” (Hargreves, 1994).

Es así que para proseguir con la argumentación el autor considera diversas definiciones del término reestructuración, llegando al consenso de que las diversas definiciones consideran la importancia de la “redefinición de reglas, papeles, responsabilidades y relaciones de los alumnos, profesores y líderes (de las escuelas)” (Hargreves, 1994). En función de estos elementos propios de la reestructuración es que plantea que las reformas educacionales han fracasado en cuanto consideran estos elementos como aislados y no en sus relaciones e interdependencia, así como tampoco considera las relaciones de poder que se generan dentro de la escuela. La reestructuración entonces debería considerar  la creación de distintos ambientes de aprendizajes que logren dar abasto a las necesidades del alumnado.

Es así que en el panorama actual la palabra reestructuración tiene múltiples usos y muy pocas veces logra llegar a su profundidad. En función de esto es que se presentan los principios importantes de la reestructuración, los cuales son el logro de una mayor autonomía del establecimiento escolar y de la potenciación de sus profesionales; la estructuración flexible de los alumnos para el trabajo en aula; la mayor capacidad de respuesta de la escuela frente a las necesidades de los estudiantes; mayor apoyo a los docentes en cuanto a las capacidades y herramientas con las que cuentan para atender a alumnos en situación de riesgo, y finalmente una mayor re de soporte en otras organizaciones para así potenciar los recursos existentes. Todos estos objetivos o fundamentos de la reestructuración no ven su reflejo en los programas que buscan integrar la reestructuración como una herramienta de cambio.

Uno de los componentes importantes de la reestructuración es la colaboración, en cuanto también emerja la consideración de la escuela y los docentes tanto como una organización y trabajadores. En este contexto de colaboración se enmarcan principios como el apoyo moral, el aumento de la eficiencia, la mejora de la eficacia, la reducción del exceso de trabajo, la generación de perspectivas temporales sincronizadas, la reducción de la incertidumbre, una mayor capacidad de reflexión, la mejora de las respuesta de la escuela (y sus funcionarios) frente a las necesidades de alumnos y familias, mayores oportunidades para aprender entre los docentes, un perfeccionamiento continuo. Sin embargo y pese a estas ganancias en la implementación de la colaboración, también es posible identificar ciertos riesgos asociados, los que tienen que ver con una comodidad y complacencia excesiva, un conformismo respecto al trabajo individual, un ambiente excesivamente colaborador que tienda a dinámicas artificiales de interacción y la sumisión frente a dinámicas impuestas. Esto nos conduce a la reflexión sobre la importancia de la implementación de la colaboración con precaución  a modo de no entorpecer la reestructuración desde su interior.

Desde la comprensión de los docentes como un actor clave y la necesidad de la colaboración es que emerge con fuerza la idea de “la voz” como la consideración de sus propia vida que se vuelca en su labor de formador. Por otro lado se considera la función del director como quien articula la visión futura de la escuela, buscando un consenso. Frente a esta dicotomía de visión y voz, cruzada por relaciones de poder, es que los docentes tienen a suprimir su voz  en función de una gestión propensa a la manipulación;  sin embargo esta dicotomía es reconciliable en cuanto se reconozca el valor de ambos componentes en la reestructuración efectiva de las dinámicas escolares.

Otro componente importante es la confianza en los docentes y entre los mismos, de manera que se reduzca la burocracia, aumente la eficacia y el desarrollo personal de quienes se hacen parte del proceso.

Por otro lado es posible identificar una dicotomía cultura/ estructura que se dibuja en el imaginario y que se debe repensar en función de comprender que ambos son complementarios al buen funcionamiento de la comunidad escolar en su totalidad. Es esta misma comunidad la que debe ser parte entonces del proceso de reestructuración en función de mejorar lo existente sin violar códigos o condiciones básicas de convivencia y proyecto futuro.


Comentario:
El texto se enmarca en una necesidad propia de las comunidades educativas en cuanto a que la reestructuración se vuelve necesaria para la mejora de los procesos educativos y las comunidades educativas en su totalidad.

Este proceso si bien necesario y que busca su logro hasta la actualidad, debe considerar la complejidad de la interacción de múltiples variables que se relacionan más allá de lo evidente en  lo cotidiano. Se hace importante entonces comprender las relaciones de variables que al ojo espectador parecieran no existir, y que a quienes trabajan en la labor docente muchas veces se les olvidan.

A destacar como importante resulta el valor de los actores docentes como entes con voz, que deben entonces tener un mayor reconocimiento a la vez que una independencia respecto a su labor y desarrollo profesional en pro de mejores condiciones de desarrollo humano, profesional y personal en un contexto centrado en la confianza mutua, sin abusar de aquella.

Referencia:
 Hargreaves, A. (1994). Profesorado, cultura y postmodernidad. Madrid: Morata. (Capítulo X)

Citas:
“Se pensaba que esta reestructuración respetaría y apoyaría la profesionalidad de los docentes a la hora de adoptar en sus clases las decisiones que mejor se acomodasen a los objetivos locales y estatales, responsabilizando también a los profesores de lo que hicieran.” P.264

“Pero la reestructuración todavía está iniciándose. Los modelos son muy variados; los resultados, poco claros, y las posibilidades de ir más allá de los experimentos aislados, desconocidas.” P. 265

“En efecto, aunque la reestructuración tenga muchos significados posibles, el principio de la colaboración ocupa un lugar central en casi todos ellos, ya se trate de la colaboración ente profesores o entre éstos y directores, estudiantes, padres y la comunidad, en general”. P.268

“La colaboración y la potenciación supondrá una mayor libertad de criterio de los profesores en ciertos campos, pero, considerablemente menos en otros, en la medida en que trabajen más cerca de los alumnos y de los padres, como coparticipes en el proceso de aprendizaje.” P.266


No comments:

Post a Comment