Referencia:
Asociación Americana de Discapacidades intelectuales y del Desarrollo
(2010). Discapacidad intelectual. Definición, clasificación y
sistemas de apoyo. Undécima edición. Madrid: Alianza. Capítulo 9: Las necesidades
de apoyo de las personas con discapacidad intelectual
Resumen:
La Discapacidad es
definible de varias maneras y desde distintos modelos, como por ejemplo el
modelo socioecológico, el cual no se basa en que es lo que “le falta” a una
persona, sino más bien en las diferencias que esta posee a la hora de afrontar
su medio ambiente y las exigencias de este, entendemos entonces que la
discapacidad no es una constante, si no que se va transformando a medida que la
persona se va desarrollando o las condiciones a las que se expone van cambiando
a medida que va pasando el tiempo, siendo entonces un proceso continuo.
Al ser entonces la
Discapacidad este alejamiento o brecha entre las capacidades personales y los
requerimientos del ambiente, las personas con Discapacidad Intelectual
requieren de cierto nivel de apoyo por sobre los individuos sin discapacidad.
Este apoyo hacia las personas con Discapacidad es lo que trata el presente
capítulo.
En primer lugar
debemos definir lo que es un apoyo, estos vendrían siendo recursos de diversa
naturaleza (electrónica, humana, etc.) cuyo fin es el suplir necesidades
existentes en las personas, siendo estos entonces unos facilitadores para
ayudar a quienes lo necesiten, en este caso a las personas con Discapacidad
Intelectual.
Lo siguiente entonces
es comprender el cómo los “apoyos” se pueden utilizar para que se logren los resultados
que se hayan definidos, según el modelo de apoyos, son fundamentales dos
aspectos que deben ser necesariamente tomados en cuenta, el primero se trata de
la diferencia existente entre las competencias personales y las demandas del
entorno, el problema de varios sistemas de apoyo es que se basan únicamente en
este punto, sin darse cuenta que el segundo es igual de necesario, el cual se
trata de los resultados personales de quienes están recibiendo el apoyo, en que
realmente los esfuerzos que se están llevando a cabo sean congruentes con las
necesidades de las personas .
El punto anterior nos
lleva lógicamente a plantearnos respecto a las necesidades de apoyo de las
personas, el origen de estas, el cómo y por quién son expresadas, encontrándonos
con cuatro tipos de necesidades; La necesidad normativa o necesidad objetiva,
La necesidad percibida, la necesidad demandada o expresada y la necesidad
comparativa, todas estas van dependiendo de quién sea el observador de dichas
necesidades, aludiendo sobretodo la tercera de manera directa a quien tiene
esta necesidad. Las necesidades de apoyo también pueden ser medidas de
distintas maneras, siendo destacada la SIS debido a que es la única evaluación estandarizada
respecto a este tema, midiendo entonces de manera cualitativa y cuantitativa la
necesidad de apoyo.
Otro punto interesante
respecto al apoyo, son los tipos existentes de este y los diversos niveles en
los cuales se mueven, los siete a los cuales hace alusión el texto son tomados
desde Wile (1996) los cuales serían; Sistemas organizacionales, incentivos,
apoyos cognitivos, herramientas, entorno físico, habilidades/conocimiento, y
capacidad inherente, al tomar en cuenta entonces todos estos puntos podemos
llegar a un buen y efectivo sistema de apoyo, que tenga sentido y que sea
realizable.
Como último punto que
tocaremos será el proceso de 5 componentes para la evaluación, planificación y
provisión de apoyos.
El primero es “identificar
las experiencias vitales y metas deseadas”; este punto se refiere a que como
punto de partida el apoyo debe corresponder a las aspiraciones de las personas,
tomando siempre en cuenta sus opiniones. El segundo es “evaluar las necesidades
de apoyo” y tiene relación con que el apoyo debe responde a las necesidades
reales existentes. El tercer punto es el “desarrollar el plan individualizado” lo cual habla de que el plan a llevar a cabo
tiene que tener completa congruencia con los dos puntos anteriores. El cuarto
componente es “supervisar el progreso” o sea estar de manera activa monitorizando
el desarrollo del plan para luego pasar al quinto componente “evaluación” en
donde se debe observar la manera en la cual se han logrado las metas propuestas
en un principio.
Breve Comentario:
Todo lo anterior tiene
relación y es un aporte para la correcta realización de sistemas de apoyo para
personas con Discapacidad Intelectual. Pareciera interesante entonces según lo
leído la complejidad que tienen los sistemas de apoyo y como estos deben ser
completos para poder ser efectivos, un punto que me llamo mucho la atención es
el que tiene que ver con la detección de necesidades y la creación de un plan
de apoyo congruente a estas, creo que si hay algo que falta actualmente en las
políticas públicas sobre integración es precisamente eso, que sean las mismas
personas con discapacidad quienes expresen sus necesidades de apoyo, dejando de
lado esta visión generalizadora y paternalista que surge desde muchos de
nosotros a la hora de encontrarnos en esta situación, dando un vuelco a la
manera de visualizar preponderante que tenemos y apreciando las diferencias en
vez de querer corregirlas por completo, y en vez de eso atender específicamente
las necesidades que las personas con discapacidad expresan tener.
Citas:
“La Discapacidad no es fija ni dicotómica, sino más bien, fluida, continua
y cambiante, y depende de las limitaciones funcionales de la persona y de los
apoyos disponibles en su ambiente” p.168
“Los apoyos no deberían ofrecerse para abordar actividades vitales
diferenciadas o eventos particulares ni deberían fundamentarse en figuras de
apoyo específicas (…). Más bien, los sistemas de apoyo deberían
conceptualizarse teniendo en cuenta múltiples aspectos del funcionamiento
humano con respecto a múltiples entornos” p.177
“Los procesos de
planificación centrada en la persona implican al individuo con discapacidad y a
quienes son importantes para él. El resultado deseado de tal planificación es
una visión unificada del futuro de una persona” p.179
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