Presentación!

Somos 5 estudiantes de Psicología de la Universidad de Chile y este blog se crea dentro del curso de Inclusión Educativa y Atención a la Diversidad.
Acá compartiremos reseñas de textos y publicaciones, noticias relevantes y cualquier otro elemento que sea un aporte a una discusión crítica sobre la forma de pensar y practicar la inclusión educativa hoy en día. Específicamente, queremos centrarnos en los actores sociales de la educación y en cómo éstos son parte de este proceso de inclusión.
Dentro de esta mirada a los actores sociales, es que hemos querido invitar a un docente amigo, Harry, a que participe con columnas de opinión acerca de la actualidad de la educación y sobre todo invitándolo a pensar la inclusión educativa.
En el costado derecho podrán encontrar más información acerca de cada una de nosotras, además, de enlaces de los otros blogs amigos del ramo y revistas especializadas en el tema.
Para una navegación más fácil, acá abajo encontrarán tres etiquetas: Entradas personales, que son los recursos que cada una de nosotros ha querido compartir y comentar; Harry, que son las columnas de nuestro docente invitado; y Textos, que corresponden a las fichas de lectura.


Saludos a todos!

Sunday, August 31, 2014

Acerca de la psicología y la pedagogía de la defectividad infantil.

Vygotski, L. (1924). Acerca de la psicología y la pedagogía de la defectividad infantil. En Editorial Pedagógica. Obras escogidas, tomo V: Fundamentos de defectología (pp. 73-95).
Síntesis y conclusiones.
Este capítulo se preocupa, en gran parte, a desmitificar nuestra concepción sobre aquellos que tienen ceguera, sordera o debilidad mental cognitiva, que el autor denomina como insuficiencia corporal. Desde la condición de personas “normales y sanos” se piensa en su cotidianidad solo como la falta de visión o de escucha y como esto los invalida automáticamente a realizar las mismas actividades que el resto. El análisis se enfoca, entonces, en lo que falta más que en lo que tiene, en la ceguera o la sordera más que en el niño mismo. Un aspecto importante es como este “defecto” no es percibido como una falta por si sola para el niño, sino que es el entorno social el que da esta categoría de invalidante. El cambio de pensamiento se dirige a comprender que la educación que necesita y que debe tener los niños con o sin dificultades corporales es la misma.
La educación “especial” que requieren estos niños estaba enfocada en la parte más biológica, en la compensación de lo que se supone que son sus aspectos limitados, ya sea la visión o la audición, por ejemplo. Sin embargo, debe educar al niño considerando sus particularidades en vez de educar al “defecto” mismo. Es decir, realizar una compensación social más que biológica: no enseñar solo lenguaje de señas a los niños sordos, acompañarlo también de lenguaje oral porque este es primordial para establecer relaciones sociales, por ejemplo.
Breve Comentario.
En primer lugar, me sorprende como la idea de una educación inclusiva, de una sala de clases sin distinciones ni separaciones ya estaba en esa época y como, a lo largo del tiempo, sigue sin ser comprendido en su totalidad.
Dejando de lado que el lenguaje utilizado en ocasiones por el autor pueda generarnos incomodidad, situándolo en su contexto sociocultural, es admirable que se desmarque de la visión puramente biológica para considerar los aspectos psicológicos que si deben estar presentes en la educación de los niños, no importa cuáles sean las barreras que este deba superar.
Finalmente, y este comentario es una revisión a mis propias concepciones, creo que es mucho más difícil hacer un cambio en como reaccionamos a quienes son diferentes más que cambiar nuestro discurso referente al tema. En lo personal, creo firmemente en la inclusión, en cómo se debiera concretar, etc. Pero con este capítulo me di cuenta de cómo yo también entendía (quiero creer que de manera inconsciente) la ceguera o la sordera como la falta invalidante dentro de nuestra sociedad, que se expresa como la necesidad de sobreprotegerlos. En el texto se habla de que la ceguera, como complicación o condicionante psicológico, no existe dentro de la individualidad del ciego; el ciego no está en constante tiniebla. Es lógico pensarlo, pero como el mundo está pensado y creado por quieres son “normales”, por lo que es difícil entender realmente como es que otro puede realizar lo mismo que yo puedo si es que a ese otro “le falta algo”. Creo que este cambio es necesario realizarlo desde lo más profundo de nuestras concepciones, puesto que pueden aparecer ocultos en cómo nos comportamos en la cotidianidad.
Citas textuales.
“Cualquier insuficiencia corporal –sea la ceguera, la sordera o la debilidad mental congénita –no solo modifica la relación del hombre con el mundo, sino, ante todo, se manifiesta en las relaciones con la gente” (Vygotski, 1924, p. 73).
“La carencia de la vista o el oído implica, ante todo, la perdida de las más importantes funciones sociales, la degeneración de los vínculos sociales y desplazamiento de todos los sistemas de conducta” (1924, p. 74).
“Desde el punto de vista psicológico y pedagógico, la conducta del ciego y del sordomudo puede ser completamente equiparada a la normal: la educación del ciego y el sordo no se distingue esencialmente en nada de la educación del niño normal” (1924, p 76).
“La anormalidad infantil, en la enorme mayoría de los casos, es producto de condiciones sociales anormales” (Tróshin, 1915 en Vygotski, 1924, p. 78).
“No debemos olvidar que es preciso educar no a un ciego, sino ante todo a un niño. Educar al ciego y al sordo significa educar la ceguera y la sordera, y transformar la pedagogía de la defectividad infantil en pedagogía defectiva” (1924, p. 81).

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