La Declaración de Salamanca y el Marco de Acción para las Necesidades Educativas Especiales.

Referencia:

UNESCO. (1994). La Declaración de Salamanca y el Marco de Acción para las Necesidades Educativas Especiales. Madrid: UNESCO/MEC. pp. 1-47.

Resumen.

El texto está compuesto por la Declaración de Salamanca y un Marco de Acción, aprobadas durante la “Conferencia Mundial sobre necesidades educativas especiales: acceso y calidad”, realizado el año 1994 en Salamanca, España, en donde se reunieron diversos gobiernos y organizaciones. Esta conferencia, así como ambos documentos, están enfocados a implementar y favorecer una Educación para Todos, poniendo énfasis en la integración de niños y niñas con necesidades educativas especiales o con algún nivel de discapacidad.

Mediante la “Declaración de Salamanca de principios, política y práctica para las necesidades educativas especiales” los participantes de la Conferencia manifiestan que todos los niños tienen el derecho fundamental a la educación y que esta debe considerar sus diferentes características, capacidades y necesidades. En particular, aquellos que tienen necesidades educativas especiales deben ser parte de escuelas ordinarias que cuenten con una orientación integradora, basadas en una pedagogía centrada en el niño, puesto que esta es la medida más adecuada para alcanzar un mejor desarrollo dentro de sus capacidades. Además, se hace un llamado también a los gobiernos y a la comunidad internacional: a implementar políticas que fomenten la inclusión en la enseñanza de niños y adultos con necesidades educativas especiales, considerando a todos los actores involucrados en el proceso educativo, y a apoyar, fomentar y velar por las distintas iniciativas o investigaciones que sirvan como un avance el tema de la integración, respectivamente.

El “Marco de Acción sobre Necesidades Educativas Especiales”, por su parte, presenta a los gobiernos y organizaciones como ejecutar la Declaración de Salamanca. El parámetro fundamental es que las escuelas ordinarias deben incluir a todos los niños y niñas, sin que sus distintas capacidades sean un motivo de discriminación. Estas escuelas integradoras deben estar guiadas por una pedagogía centrada en el niño que logre atender las necesidades de cada uno de ellos, en donde puedan aprender todos juntos. En este contexto, las escuelas especiales pasarían a ser una medida excepcional o un centro lleno de materiales y experiencias que sirvan para crear estas nuevas escuelas integradoras.

Para llevar a cabo este cambio, debe participar todos quienes se relacionan al tema de la educación: desde la familia y la comunidad escolar, así como el gobierno y organizaciones internacionales.

La familia tiene el deber de comprender las necesidades de sus hijos y ejercer su derecho de elegir donde quiere que ellos estudien. Las escuelas, y en particular los docentes, deben adaptar sus programas con el fin de ser un aporte real en el aprendizaje de todos los niños, sin excepción, además de estar en constante proceso de renovación de sus métodos de enseñanza para que estas sean más inclusivas. La comunidad  tiene un papel fundamental en la inclusión dentro de la escuela, pero también dentro del entorno social de los niños y adultos. Las universidades son las responsables de forman docentes capacitados en detectar y responder a estas necesidades educativas especiales y a generar investigaciones que logren crear nuevas metodologías y materiales para este tipo de pedagogía. Los Estados deben crear leyes de acuerdo a su realidad que fomenten estas escuelas integradoras y destinar el presupuesto necesario para que estas se concreten, mientras que las organizaciones internacionales tienen el deber de apoyar los proyectos que surjan en cada país y formar una conexión de experiencias que enriquezcan aquellas que aun están comenzando. Se hace un llamado especial a considerar a aquellos adultos que de niños no tuvieron una educación especial ya las niñas que podrían tener doble dificultad para acceder a una educación adecuada por tener necesidades educativas especiales y por ser mujer.

En ambos documentos se enfoca en el desarrollo de quienes tienen necesidades especiales o algún tipo de discapacidad, pero no se limita solo a lo educativo, sino que se amplía a las distintas áreas de la vida de una persona. Se busca, como fin último, un cambio cultural: que sea más inclusivo, que acepte las diferencias y que otorgue igualdad de oportunidades a todos quienes forman parte de la sociedad.

Breve Comentario.

Los puntos acordados en la Conferencia y la forma en que se busca poner en práctica son concordantes con la idea de una educación inclusiva, pero en 20 años no se han realizado estos acuerdos o al menos avanzado en esta dirección. Cada vez nuestro sistema educativo se enfoca más en separar a todos quienes son diferentes y no en crear un ambiente de inclusión. Si bien esta pedagogía centrada en el niño se presenta como una solución para niños con necesidades educativas especiales, creo que esta debiera ser la única forma de desarrollar el trabajo en el contexto educativo: una pedagogía que se adapte a los niños y no permitir que cada niño se tenga que adaptar a un sistema que, en el fondo, no los considera.

Citas textuales.

“Las personas con necesidades educativas especiales deben tener acceso a las escuelas ordinarias, que deberán integrarlos en una pedagogía centrada en el niño, capaz de satisfacer esas necesidades.” (UNESCO, 2004, p. viii).

“El principio rector de este Marco de Acción es que las escuelas deben acoger a todos los niños, independientemente de sus condiciones físicas, intelectuales, sociales, emocionales' lingüísticas u otras.” (p.6).

“La escolarización de niños en escuelas especiales - o clases especiales en la escuela con carácter permanente - debiera ser una excepción, que sólo sería recomendable aplicar en aquellos casos, muy poco frecuentes, en los que se demuestre que la educación en las clases ordinarias no puede satisfacer las necesidades educativas o sociales del niño o cuando sea necesario para el bienestar del niño o de los otros niños.” (p.12).

“Tienen tanto derecho como los demás miembros de la comunidad a llegar a ser adultos que disfruten de un máximo de independencia, y su educación deberá estar orientada hacia ese fin, en la medida de sus capacidades.” (p.18).