Presentación!

Somos 5 estudiantes de Psicología de la Universidad de Chile y este blog se crea dentro del curso de Inclusión Educativa y Atención a la Diversidad.
Acá compartiremos reseñas de textos y publicaciones, noticias relevantes y cualquier otro elemento que sea un aporte a una discusión crítica sobre la forma de pensar y practicar la inclusión educativa hoy en día. Específicamente, queremos centrarnos en los actores sociales de la educación y en cómo éstos son parte de este proceso de inclusión.
Dentro de esta mirada a los actores sociales, es que hemos querido invitar a un docente amigo, Harry, a que participe con columnas de opinión acerca de la actualidad de la educación y sobre todo invitándolo a pensar la inclusión educativa.
En el costado derecho podrán encontrar más información acerca de cada una de nosotras, además, de enlaces de los otros blogs amigos del ramo y revistas especializadas en el tema.
Para una navegación más fácil, acá abajo encontrarán tres etiquetas: Entradas personales, que son los recursos que cada una de nosotros ha querido compartir y comentar; Harry, que son las columnas de nuestro docente invitado; y Textos, que corresponden a las fichas de lectura.


Saludos a todos!

Sunday, August 10, 2014

La equidad y la inclusión social: uno de los desafíos de la educación y la escuela hoy.

Referencia: Blanco, R. (2006). La Equidad y la Inclusión Social: Uno de los Desafíos de la Educación y la Escuela Hoy. Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 4(3), pp. 1-15.

Resumen:
La autora comienza realizando una contextualización de la realidad en América Latina respecto a la educación, para seguir con el debate de inclusión versus integración, puntualizando en la primera; y para finalizar con un apartado que apunta a la formación de profesionales docentes y cooperadores del proceso educativo.

La realidad de América Latina apunta a unas sociedades desintegradas por factores económicos, lo cual genera directamente una exclusión social. Frente a este panorama es que ya en la década de los noventa se comienzan a impulsar políticas educacionales , en cuanto reformas, que apuntaban a un ingreso universal a la educación básica, así como al mejoramiento de la calidad y la equidad de la educación; sin embargo y pese a esos esfuerzos, la desigualdad educativa es una realidad vigente en la actualidad.

Si bien muchos países de la región adhieren a la declaración de la educación para todos  de Las Naciones Unidas, en la realidad estos principios solo quedan resguardados en las leyes y en las bases de sus políticas educacionales, mas no en la práctica de las mimas debido a diversos factores que hacen que se susciten fenómenos como la exclusión y discriminación de los alumnos en el sistema educativo.

En América Latina entonces se toma consciencia de la importancia de la educación en la primera infancia, en donde se apunta a políticas públicas como el aumento de la cobertura, pese a esto los problemas de acceso afectan a grupos desfavorecidos socioeconómicamente, pueblos originarios y/o personas que presentan alguna discapacidad.  A la fecha del artículo las políticas de algunos países apuntan a aumentar el tramo de la primera educación, llegando a iniciar en los 4, 5 o 3 años, todo esto apuntando a la alfabetización de las personas, lo que se presenta como un factor que permitiría disminuir la dificultad de obtener trabajo.  Sin embargo es preciso considerar que el nivel secundario de educación también presenta problemas en su acceso y finalización.

En general entonces las problemáticas de desigualdad en acceso y pertenencia en educación se dan en niños de estratos socioeconómicos bajos, aquellos que viven en áreas rurales, y quienes tienen alguna discapacidad que requiera de una atención. Sin embargo el problemas trasciende a las instituciones, en cuanto aquellas de carácter privado cuentan con mejores recursos y docentes más calificados que las instituciones públicas, lo que repercute directamente en los alumnos.

La inclusión se ha constituido como un movimiento que busca trabajar con la exclusión, discriminación,  y desigualdades educativas a fin de reducirlas, considerando que se dan en gran parte de los sistemas educativos mundiales.

Dentro de esto es que Katarina Tomasevsky, relatora de las Naciones Unidas, presenta un modelo de tres etapas para que los países ejerzan un derecho pleno a la educación.  En resumen un primer paso sería conceder el derecho a educación a aquellos grupos excluidos, en instituciones especiales acordes a sus necesidades; en segundo lugar se debe promover la integración en las escuelas; y finalmente la adaptación del sistema se debe hacer acorde a las necesidades  del alumno,  facilitando así su inclusión.
Respecto al debate de la Inclusión versus la integración, se hacen diferencias entre ambos términos.
El termino integración apunta a que los niños se deben adaptar a un sistema, el cual no cambia. Las políticas del momento apuntan más a la integración en cuanto implantan programas especiales individuales y generan reformas profundas y colectivas.  Apuntas solo a quienes tienen necesidades específicas y no a que todos los alumnos son distintos.

Por otro lado la inclusión se apunta a un derecho en cuanto la educación se constituye como tal, lo cual tienen como consecuencia que su acceso y calidad debiesen de estar asegurados. En la medida que esto se cumpla abre la posibilidad de avanzar a una sociedad con mayor equidad en cuanto hay iguales opciones  a la obtención de logros dentro de la sociedad como trabajos y consecuentemente bienes y servicios.

Asimismo la inclusión en la educación se hace cargo no solo de las diferencias socioeconómicas o raciales, sino que también contempla la presencia de discapacidades, a la vez que busca trabajan en el trasfondo de que cada alumno tiene distintas maneras de aprender, conocer y trabajar; y esas diferencias deben tener su lugar dentro de una educación de calidad. Todo esto conlleva entonces a una socialización menos estereotipada, más respetuosa y un sano convivir de las personas.  

Para todo esto se requiere entonces profesionales que estén capacitados para desarrollar un trabajo de inclusión, lo cual ponen en tela de juicio su propia formación, generalmente alejada de la diversidad producto de las características propias del sistema de educación superior. En este proceso se deberían incluir a colaboradores en atender dignamente los requerimientos de las distintas discapacidades de los alumnos.

Comentario personal:
Ante todo me parece importante la distinción que la autora plantea, puesto que inclusión e integración son términos que desde el sentido común parecieran ser sinónimos, más en la profundidad de los conceptos son radicalmente distintos.

A su vez, creo relevante que el artículo se plantee en una realidad latinoamericana, siendo posible llevar a la realidad chilena las conclusiones y tesis que se plantea.

A modo personal, creo que es muy valiosa la reflexión que plantea respecto a los docentes y su labor dentro del sistema de educación en función de la inclusión y los desafíos que esto plantea. Creo también que la reflexión de la necesidad de colaboradores incorporados al proceso se vuelve fundamental, en cuanto desde nuestro rol de psicólogos también debemos hacernos parte de esta educación inclusiva, atendiendo por un lado a las diversidades que nacen desde la discapacidad y los contextos socioeconómicos, pero por otro lado también debemos hacernos cargos en apoyar la diversidad que no está asociada a ninguno de esos factores, sino más bien asociada a la particularidad de los individuos, considerando a los alumnos no como seres pasivos y receptores perpetuos de enseñanzas, sino más bien como individuos activos dentro de un proceso de educación complejo y desafiante.

Citas textuales:

“El movimiento de la inclusión ha surgido con fuerza en los últimos años para hacer frente a los altos índices de exclusión y discriminación y a las desigualdades educativas presentes en la mayoría de los sistemas educativos del mundo” (Blanco, 2006, p.4)

“Desde esta perspectiva, la inclusión es una política del ministerio de educación en su conjunto y no de las divisiones de educación especial.” (p.5)

“Desde la inclusión se considera que la diversidad está dentro de “lo normal” y el énfasis está en desarrollar una educación que valore y respete las diferencias, viéndolas como una oportunidad para optimizar el desarrollo personal y social, y como un medio para enriquecer los procesos educativos.” (p.11)


“Estos profesionales de apoyo deberían colaborar, nunca sustituir, con los docentes en el análisis de los procesos educativos, identificando y promoviendo los cambios necesarios para optimizar el aprendizaje y la participación de todos los alumnos y alumnas.” (p.13)

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