Presentación!

Somos 5 estudiantes de Psicología de la Universidad de Chile y este blog se crea dentro del curso de Inclusión Educativa y Atención a la Diversidad.
Acá compartiremos reseñas de textos y publicaciones, noticias relevantes y cualquier otro elemento que sea un aporte a una discusión crítica sobre la forma de pensar y practicar la inclusión educativa hoy en día. Específicamente, queremos centrarnos en los actores sociales de la educación y en cómo éstos son parte de este proceso de inclusión.
Dentro de esta mirada a los actores sociales, es que hemos querido invitar a un docente amigo, Harry, a que participe con columnas de opinión acerca de la actualidad de la educación y sobre todo invitándolo a pensar la inclusión educativa.
En el costado derecho podrán encontrar más información acerca de cada una de nosotras, además, de enlaces de los otros blogs amigos del ramo y revistas especializadas en el tema.
Para una navegación más fácil, acá abajo encontrarán tres etiquetas: Entradas personales, que son los recursos que cada una de nosotros ha querido compartir y comentar; Harry, que son las columnas de nuestro docente invitado; y Textos, que corresponden a las fichas de lectura.


Saludos a todos!

Monday, November 10, 2014

A la Base

Estaba pensando sobre qué hacer mi última entrada en este blog, la entrega y presentación del mismo es hoy y me gustaría expresarme un poco más antes de finalizar el curso que no llevó a embarcarnos en esta aventura que es crear información libre y accesible. Recordé entonces que a lo largo de todo este viaje nos hemos apoyado en textos utilizados para este ramo, hemos hecho fichas y los hemos incluido dentro de nuestras opiniones, pero, ¿Qué hay de lo anterior a este ramo? Hace un años atrás dí el examen de Psicología Educacional y creo que en lo que más fallé fue al referirme en las teorías críticas y las no críticas, el sistema actual.

Desde la teoría en la cual se basa nuestra educación Chilena se encuentra la base de la segregación escolar, la explicación de la supuesta necesidad existente en diferenciar a los alumnos ya sea por avances en sus estudios, capacidad intelectual, capacidad física, motivos económicos, religiosos, etc. Por ende encuentro necesario hablar un poco de estas teorías en este momento


En primer lugar, para contextualizar, es conveniente hacer referencia a que el sistema educativo en el cual nos encontramos se enmarca dentro de las Teorías No Críticas, que a grandes rasgos, buscan superar la marginalidad a través del conocimiento, de la educación, dejando de lado los aspectos políticos y económicos que pudieran influir en ello. Pero esta no es la única manera de concebir la educación, pues existen las llamadas Teorías Críticas, que plantean la necesidad de entender la educación a partir de sus determinantes sociales, la influencia del sistema económico y cómo la política la afecta, pasando a ser en sí misma segregadora y marginadora.
De esta forma podemos apreciar cómo el sistema educativo es posible comprenderlo dentro de las Teorías de Reproducción, que plantean que es un mecanismo de reproducción del sistema hegemónico, tanto en términos de la división del trabajo, la ideología y las formas de obtener conocimiento consideradas válidas. Es así como dentro de la escuela se convierte en una pequeña obra de teatro del resto de la sociedad; la desigualdad, la competencia, en intento de cuantificar el progreso son algunas de las cosas que desde pequeños se le inculcan a los niños, dejando de lado el desarrollo de sus potencialidades, privilegiando el que sean funcionales al sistema por sobre su felicidad y desarrollo. Afortunadamente frente a esto existen las Teorías de la Resistencia, que plantean la posibilidad del cambio, considerando a la escuela como un campo de batalla en el que la clase dominante intenta imponer su visión de la sociedad, pero es posible oponerse, planteando y ejecutando una educación al servicio del desarrollo humano y no del capital, teniendo como respaldo a la historia que demuestra que el orden actual no siempre fue así, y que no está determinado que así seguirá siendo, como ellos quieren.
Lamentablemente el actual sistema educativo chileno se encuentra profundamente arraigado, y tiene como punto de partida, en lo legal-institucional, la ilegítima Constitución Política de 1980, impuesta por la dictadura y respaldada en las últimas décadas por la Concertación, que establece la libertad de enseñanza, entendida desde ópticas mercantiles, por sobre el derecho a la educación. El Estado se ha desentendido de su deber en este ámbito, dando el espacio y el incentivo para que los privados se hagan cargo del sistema educativo, adquiriendo un rol de observador y suave fiscalizador. Los privados han podido lucrar desenfrenadamente con las universidades, los colegios, priorizando el obtener ganancias por sobre entregar una educación de calidad, concepto que da para una amplia discusión, pero que podemos tener claro que para ellos no se relaciona con el desarrollo humano fuera de su funcionalidad al sistema capitalista. La municipalización ha venido a agudizar las desigualdades educativas en términos de los heterogéneos recursos que las municipalidades pueden invertir en educación, permitiendo que los sostenedores tengan más poder.

Se han implementado una serie de pruebas estandarizadas como el SIMCE y la PSU que están muy lejos de medir los conocimientos o habilidades de los estudiantes; sus  resultados se encuentran en función de la situación socioeconómica de las familias, la escolaridad de sus padres, etc. Estos resultados han impulsado una férrea competencia entre los establecimientos educacionales, ya que el que tengan buenos puntajes en las pruebas estandarizadas se convierte un erróneo indicador de calidad, que hace que los padres tiendan a preferirlos. Así, los colegios con más recursos terminan obteniendo mayores puntajes y más padres deseosos de meter a sus hijos en ellos, y los que no los tienen terminan desprestigiándose, perdiendo matrícula, teniendo menos dinero, etc. Esto se ve especialmente potenciado por las subvenciones que entrega el gobierno por la asistencia a clases; más alumnos, más dinero. El Estado ha venido a potenciar este círculo vicioso con el potenciamiento de la competencia, incluso cerrando escuelas (municipales en su gran mayoría), por no obtener buenos puntajes, por no adecuarse a lo que debiera, bajo parámetros económicos, ser una educación de calidad.

Y algo más cercano, es lo perjudicado que se han visto los docentes bajo este sistema educativo, ya que se han deteriorado enormemente sus condiciones de trabajo y sus salarios. Se les suele culpabilizar por los malos resultados obtenidos por los estudiantes y cada vez se enfrentan más al temor (y realidad) del desempleo, motivado además por la sobre saturación de la cantidad de profesores en algunas áreas específicas, lo que se relaciona abiertamente con que los planteles educacionales, privados sobre todo, imparten carreras pensando en sus ganancias y no en las necesidades del país.

Es así como se presenta la realidad del sistema educativo, una que a todas luces se ve como dramática, pero que nos plantea el desafío, la posibilidad, y más aún, la necesidad de ser transformad. El comprender cómo funciona el sistema, los distintos actores involucrados y sus aspectos, pienso nos acerca un poco más a lograr esta difícil tarea, pero a la vez nos deja ver lo complejo que es, porque no sólo es una cuestión de recursos, de desmunicipalización, sino que involucra al sistema económico, a los intereses de la clase dominante y cómo estos mueven las decisiones políticas.

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